Entrevista Antoni Riera Economía Circular en Hoteles

Antoni Riera (Impulsa Balears): “La economía circular elimina muchas de las fugas de valor que existen en los hoteles”.

Antoni Riera es catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears y director de la Fundación Impulsa Balears, entre cuyas misiones está la de elevar la apuesta por la circularidad como una vía de progreso y prosperidad.


Una de las aspiraciones de Impulsa Balears, como plataforma de conocimiento estratégico a nivel regional, es la de convertirse en un referente en la creación de valor compartido que facilite la toma de decisiones, la apuesta por nuevas estrategias y, en definitiva, el impulso de la competitividad global de un archipiélago eminentemente turístico. Según Riera, a la economía circular se le reconocen “motivaciones y beneficios esencialmente en materia de sostenibilidad ambiental”, pero considera que los hoteles deben ir más allá e introducir de lleno la circularidad en su estrategia corporativa y en el núcleo de su negocio.

¿La economía circular puede mejorar la competitividad actual de las empresas turísticas?

Sin duda. Entendemos que la economía circular permite abrir nuevas fuentes de valor, desde la creación de nuevos productos y servicios, la transformación de los actuales modelos de negocio, etc. Cuestiones todas ellas que propician la activación cruzada y simultánea de palancas de eficiencia – innovación – sostenibilidad, tan importante tanto a nivel microeconómico para las empresas como a nivel macroeconómico para el conjunto del archipiélago.

¿Podría concretar algún ejemplo de producto o servicio que un hotel puede desarrollar en materia de circularidad?

Hay ejemplos infinitos, el abanico es muy amplio. Por ejemplo, en materia de reutilización, está la posibilidad de reutilizar muebles o de codiseñarlos. También tenemos casos concretos de cadenas hoteleras que han abierto una línea de negocio en torno a la elaboración de compost a partir de los residuos orgánicos de los bufés. En los hoteles hay muchas fugas de valor, sea en la cadena de aprovisionamiento, en la prestación de servicios, en la renovación de activos… Todas estas fugas de valor, desde la circularidad se eliminan y por lo tanto se gana en eficiencia y en competitividad.

Lo bonito de la circularidad es que está muy vinculada a la empresa, ya que esta le busca un retorno

¿Y no conllevaría ninguna pérdida destacable o daño colateral?

La verdad es que no, es un win-win. Lo bonito de la economía circular frente a otras vías de progreso o incluso a otras palancas como la sostenibilidad es que está muy vinculada a la empresa. Por tanto, cuando la empresa la ejecuta, en principio le busca un retorno. En estos momentos una parte importante de la planta hotelera está orientando sus esfuerzos de circularidad más en términos de responsabilidad social corporativa que no de negocio, pero esto gradualmente debe ir trasladándose y a eso nos enfocamos nosotros, a conseguir que la circularidad entre en la estrategia corporativa y en el core del negocio.

En la búsqueda de un modelo circular y más sostenible, ¿qué papel juega la tecnología?

La tecnología es condición necesaria para el tránsito circular. La tecnología facilita la economía circular gracias a su visión innovadora y a las soluciones escalables de las empresas tecnológicas (TI). El acceso digital, la nube, la computación cognitiva, blockchain, internet de alta velocidad, el IoT y la realidad digital harán posible el cambio de paradigma, cerrando bucles técnicos de materiales. Gracias a ellas hoy ya somos capaces de dar trazabilidad a materiales (incluidos los residuos), abaratar costes, automatizar tareas e incluso generar valor económico.

Para usted, ¿cuáles son las asignaturas pendientes que existen actualmente en el sector hotelero?

Según informes de la OMT y datos del Banco Mundial, el sector es responsable de alrededor del 21% de todas las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con el turismo. Esto es debido a que la actividad hotelera consume una elevada cantidad de recursos como agua, alimentos, energía, productos no reciclables, recursos naturales, etc. Conscientes de ello, la planta hotelera balear ya ha empezado el tránsito circular. Prueba de ello son las buenas prácticas circulares que ya se están implementando. Más allá de ampliar la base de estas buenas prácticas y de alinearlas estratégicamente tanto a nivel de establecimiento como de sector, tal vez si tuviera que señalar una asignatura pendiente me decantaría por el desarrollo de modelos de medición. Resta mucho trabajo por hacer no solo en cuanto a medición de consumos, emisiones… derivados de la actividad hotelera sino sobre todo en términos del impacto que las prácticas circulares pueden traer al sector hotelero.

El sector hotelero es responsable de alrededor del 21% de todas las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con el turismo

¿Qué conclusiones cree que confirmarían esas mediciones?

En otros sectores, la apuesta por la economía circular entra en el core del negocio, principalmente en empresas industriales. El reto está en hacer lo propio en empresas de servicios, sobre lo que existía poca evidencia. Nosotros ya estamos trabajando en ello y vemos que muchos proyectos están orientados a la responsabilidad social corporativa y levantan mediciones en términos de las actuaciones que hacen, pero no en cuanto al impacto que esto puede tener en su cadena de valor, en su cadena de aprovisionamientos. Esto es lo que nos falta para obtener esa evidencia.

¿Es algo que podremos ver cumplido en el corto plazo?

Dado que la dotación tecnológica del sector es alta, veo factible cubrir esta laguna a corto plazo. El principal obstáculo es la mano de obra. No en vano, se requerirán especialistas que sean capaces de poner en marcha los nuevos proyectos. Esto será un valor diferencial para los numerosos trabajadores que cuentan con las cualificaciones oportunas y una nueva vía para quienes se están formando en estos momentos o para aquellos que lo harán en los próximos años.

¿En qué campos deberán estar formados estos futuros profesionales?

En materia de ecodiseño, tanto de edificios como de mobiliario, etc. En economía circular propiamente, sobre todo en materia de reciclaje, de reutilización de materiales. También se necesita mucho conocimiento químico, de arquitectura. Creo que se abre un abanico muy amplio de profesiones que en estos momentos no están en el mercado y que se van a necesitar. En renovables ya lo vemos, la demanda de ingenieros es muy elevada. Lo mismo ocurrirá en términos de agricultura por la agricultura regenerativa. En el fondo, estamos abriendo nuevas profesiones.

La economía circular abre un abanico muy amplio de profesiones que ahora no están en el mercado

El libro “Hotel Data” de Hotelinking habla de “la revolución tecnológica que el sector hotelero estaba esperando”. ¿Comparte que los hoteleros deberán subirse al carro del Big Data para lograr ser más competitivos?

Sin duda, mejorar la experiencia del cliente y mejorar la operativa del establecimiento es posible desde la aplicación correcta del Big Data y ello hará que se produzca un aumento significativo de la competitividad en estas dos áreas. Resulta suficiente subrayar los beneficios que el Big Data aporta en materia de satisfacción al cliente, segmentación de oferta, anticipación a la demanda, gestión de tarifas, mejora continua, optimización de inventarios…

¿Cree que asistimos a un cambio en la visión empresarial a la hora de gestionar el negocio hotelero?

Creo que sí estamos ante un cambio de mentalidad. La sostenibilidad ha entrado de lleno en la estrategia de las empresas tanto en términos de imagen, de reputación y de diferenciación, pero además con la economía circular lo que conseguimos es que esa sostenibilidad también penetre en los procesos internos de la compañía hotelera. Desde esta perspectiva, la circularidad se acoge cada vez con más entusiasmo. A esto también ayuda que las tecnologías disponibles permiten abrazar la economía circular, porque sin tecnología no hay circularidad. Al mismo tiempo, son acciones que desde un aspecto normativo también se está impulsando, especialmente en Baleares.

Desde la Fundación Impulsa persiguen el objetivo de convertir Baleares en el primer destino turístico circular. ¿Qué supondría para la comunidad lograr este hito?

La Fundación presenta a los actores el tránsito hacia un sistema turístico circular como una ‘apuesta de desarrollo regional’ válida para fijar y alcanzar nuevas aspiraciones de prosperidad. Particularmente, en Baleares la activación de estas palancas es fundamental para acortar los diferenciales negativos de productividad que las islas acumulan respecto de la media de las regiones europeas. Unos diferenciales negativos que, a su vez, se traducen en pérdidas de renta per cápita.